El ex presidente mexicano Vicente Fox ha publicado recientemente un artículo en su blog en el que propone abiertamente que se legalicen las drogas. No distingue entre drogas llamadas “blandas” y “duras” y destaca claramente una serie de beneficios conocidos que traería una medida de esa naturaleza frente a la terrible ola de violencia que viven hoy en día países como México con los carteles del narcotráfico sembrando constante e impunemente la muerte y terror en dicho país.
No sorprende que una personalidad pública y, esta vez, política, lance un manifiesto de esta naturaleza, pues ya muchas otras, como Milton Friedman, Mario Vargas Llosa, o Carlos Alberto Montaner, lo han hecho antes. Así también, publicaciones como The Economist e investigaciones en prestigiosas universidades, se han pronunciado abiertamente en dicho sentido. Lo que llama la atención, al menos para quien escribe esto, es la oportunidad en que lo hace y la oportunidad perdida de no haberlo hecho cuando estaba en el poder.
Si Fox pensaba de esta manera ¿por qué no lo planteó abiertamente a la opinión pública mientras era presidente de México? El presidente de uno de los países más golpeados por el narcotráfico lanzando un manifiesto como el contenido en su artículo hubiera sido una gran catapulta para una propuesta que quizás no logre consenso pronto, pero que sin duda tardará más en lograrlo en la medida que quienes detentan el poder en el planeta no lo sometan a un discusión seria, consciente y abierta.
Pero como “más vale tarde que nunca”, sin duda saludamos lo manifestado por Fox en su blog y esperamos que reabra el debate sobre la legalización de las drogas a niveles más allá de los académicos, es decir, a niveles donde se toman las decisiones políticas.
La respuesta del presidente de México en funciones, Felipe Calderón, ha estado dentro de lo previsible en cuanto a ser ciertamente conservadora, pero ha reconocido entre líneas una supuesta apertura frente a la idea, lo que se deduce fácilmente del hecho que Calderón considera que la legalización propuesta no será exitosa si no es adoptada también por los países consumidores, refiriéndose básicamente a su principal mercado, Estados Unidos.
¿Qué tan cierto es que los males provenientes del narcotráfico que afectan a países productores como México, Perú o Colombia no se vean seriamente mitigados legalizando el cultivo, producción y comercio de drogas al menos a nivel interno? Más allá del lío político que se podría armar frente a Estados Unidos y Europa, ¿es realmente inocuo para nuestros países desterrar las normas relacionadas con el combate al narcotráfico sin que los países consumidores también lo hagan?
No pretendemos abundar en los beneficios de la legalización de las drogas (para ello, ver los enlaces de interés que incluimos al final), pues son ya harto conocidos pero mencionaremos que están básicamente relacionados a tres cosas: primero, a la reducción de los índices de violencia y delincuencia relacionado con el combate estatal del narcotráfico, ello implica, sobretodo, la reducción en el costo en inocentes vidas humanas; segundo, a los recursos destinados a su combate por parte de países con índices importantes de pobreza como el nuestro, que podrían ser destinados a usos alternativos más valiosos (educación, salud, seguridad ciudadana, etc.) y, tercero, a la formalización de un producto con los beneficios que ello trae como desarrollo de marcas, controles sanitarios, mejora en calidad y competencia.
El punto en contra de quienes no están a favor de la legalización de las drogas está referido a un supuesto aumento de su consumo en la población, que si bien no está demostrado con certeza a qué niveles llegaría, parece ser que sólo sería un aumento leve al inicio, para luego estabilizarse. En todo caso, da toda la impresión de que los costos relacionados con el aumento de consumo en la población serían bastante menores que los que hoy soportamos por la situación de ilegalidad de las drogas: vidas humanas, delincuencia, sicarios, carteles, corrupción de funcionarios, etc. Y, en todo caso, el aumento del consumo tiene la posibilidad de ser mitigado a través de campañas informativas y educativas con muchas mayores perspectivas de éxito de las que hoy tiene la lucha contra el narcotráfico en nuestros países.
Someter a las drogas a un control estatal e impositivo similar al que tienen el alcohol y el tabaco -que dicho sea de paso, matan más gente al año que las drogas-, no va a evitar que sigan muriendo consumidores de dichas sustancias – como sucede también con el alcohol y el tabaco- pero reduciría los índices de muertes de inocentes que hoy se da por la prohibición y su violencia conexa.
Y en este escenario imaginario donde los países productores legalizamos toda clase de drogas y los países consumidores no lo hacen ¿qué sucedería?
Pues tendríamos un producto cuyo cultivo, elaboración y comercialización no estaría proscrito en el Perú pero sí en diversos países en los que se encuentran sus mejores mercados. Los beneficios para el Perú en términos de reducción de violencia y víctimas inocentes son claros. La generación de puestos de trabajo legales y de ingresos para el fisco, también. Para el país consumidor que no ha legalizado los perjuicios que hoy tiene la prohibición seguirían siendo los mismos, pues los narcotraficantes centrarán sus esfuerzos en ingresar a como dé lugar en dichos territorios, tal como lo hacen ahora, y seguirán sembrando la violencia, corrompiendo funcionarios, matando a gente inocente, etc. Pero así, la situación sería ya menos grave para nosotros, países productores. Y los países consumidores seguirían cosechando lo que siembran a partir de una prohibición que no sólo desde el punto económico, sino también desde el punto de vista ético, carece de sustento.
Lamentablemente, este ejercicio funciona solamente en la teoría -por ahora-, porque las grandes potencias consumidoras no nos permitirán legalizar las drogas en nuestros territorios así de fácil. ¿Qué podemos hacer ante ello? Unirnos. Somos pequeños pero somos varios, por lo que lanzar un debate que, además, tiene a varios intelectuales, académicos, así como estudios de las más prestigiosas universidades de dichos países consumidores a nuestro favor, podría empezar a esbozar una solución a un problema que desangra a nuestra gente todos los días.
El debate y el camino no serán fáciles, pero si la próxima vez es un presidente en ejercicio quien inicia una campaña como la propuesta por Fox, quizás empiecen a tomarnos más en serio.
Enlaces de interés:
http://www.liberalismo.org/articulo/350/53/entrevista/milton/friedman/acerca/guerra/
http://www.prohibitioncosts.org/
http://www.isil.org/resources/lit/basta-a-la-pesadilla-de-drogas.html
http://www.elcato.org/publicaciones/guerracontralasdrogas-index.html
http://elcomercio.pe/noticia/635281/peru-recibe-veces-menos-que-colombia-lucha-antidrogas
Fernando Caceres Freyre
Luis Carlos Adrianzen
Mario Zúñiga
De Común Sentido
De Común Sentido 
La propuesta efectivamente es buena en el campo teórico, pero la solución para que pueda concretarse no pasa tan sólo por la unión de los intelectuales y la ciudadanía sino por el hallazgo por parte de los grupos de poder de los países consumidores (y también de los productores) de negocios alternativos, similares a los cultivos alternativos que se impulsan en los países productores, es decir, de otras fuentes de ingresos ya que, tal como señalé en una publicación anterior, existe un gran negocio de personas integrantes de estos grupos que participan activamente en el reparto de rentas generadas por el narcotráfico y a quienes no les interesa en absoluto la legalización y que necesitan de la prohibición para que estas rentas se sigan produciendo.
Sin duda hay muchos grupos de poder interesados en que la ilegalidad continúe, porque viven de ella. Pero no creo que la búsqueda de negocios alternativos apra ellos sean un requisito para la legalización, sino que mas bien sería la consecuencia de ésta.
En realidad lo de negocios alternativos puede funcionar para agricultores y algunos pequeños comerciantes, pero los que se dedican al narcotráfico son delincuentes violentos, antisociales que probablemente trasladen sus actividades a otro mercado negro. A estas personas hay que ponerlas a la sombra un buen tiempo.
Saludos,
Mario
En el Peru no se deben legalizar las drogas con el nivel de educacion y responsabilidad social que tenemos los peruanos (Cuantos se toman sus cervecitas antes de salir manejando su bolido rumbo a una juergita?).
En paises europeos donde estaba penalizado el consumo de drogas el grado de criminalidad era elevado hasta que algunos gobiernos aceptaron tolerar la posecion de drogas para uso personal como en Espania, Italia, Rep Checa (para zafarse de la mala fama de consumidores), Portugal y algunos estados Balticos. Contrastando esta ultima realidad, en Suecia, que criminaliza el uso de drogas, se procesan mas casos de posecion que comercializacion; y lo que es mas, el consumo de drogas es uno de los mas bajos en Europa.
Entonces a que’ se debe esto: simple, la educacion.
La unica manera de detener el consumo y el narcotrafico en el Peru, no es con leyes duras, debates de intelectuales que no llegan a nada ni estigmatizaciones generales contra este problema social que no llegana a nada, si no previniendo a los jovenes respecto al uso de drogas, es decir, educandolos.
Por ultimo, deberian empezar resolviendo este problema social penalizando a los consumidores, es decir a los Norteamericanos y a los Europeos, pues no hay mercado ni oferta sin demanda.
We make it, but they take it.
Estimado Romeo,
Muchas gracias por visitarnos. Totalmente de acuerdo contigo en que el ataque a partir de la educación es los fundamental como una solución integral y al largo plazo.
Sin embargo, ello no obsta a plantear el hecho que, aparentemente, la ilegalidad de la droga no genera mayores beneficios y mas bien trae una serie de perjuicios adicionales.
Tu ejemplo de la irresponsabilidad del conductor peruano bebido dudo que no se replique si es que prohibimos el alcohol. En general, creo que quien desea consumir drogas logrará hacerlo a pesar de su ilegalidad. El problema es, pienso, todos los perjuicios que esta ilegalidad nos genera como sociedad en distintos planos.
Esperamos seguirte leyendo seguido por acá.
Saludos,
Querido Luca, interesenatisimo el artículo por la discusión en un momento en el que el narcotrafico es un problema serio a nivel mundial. Sin embargo,no obstante no haber leido los artículos (prometo leerlos)que dan por sentado que la legalizacion es la solucion yo lo tomaria con cuidado. El hecho que el tabaco y el alcohol se enuentren legalizados no significa que no sea un cproblema serio tambien. Millones de muertes por problemas pulmonares, cancer, alcoholismo, muertes en accidentes de transito, etc. El problema que yo veo de legalizar la comercializacion de la cocaina es que el Estado se va hacer complice al cobrarles inmpuestos a las empresas productoras, comercializadoras y a los conusmidores y no va tener incentivos para desde el Estado combatir el consumo. Al legalizarse tambien va ser legal la publicidad y el marketing relacionado? El Estado acaso invierte en publicidad en contra del alcohol y el tabaco con la misma intensidad que lo hacen las empresas productoras y comercializadoras. En el caso de los impuestos tampoco podrian ser exhorbitantes pues serian confiscatorios. Sino hay que ver los impuestos a los casinos que los han declarado incostiucinales varaias veces. Aunque el Estado quiere sacar mas via impuestos como una manera de descincenticar la conducta, los actores tienen mecanismos para evitarlo. Mira el ISC al tabaco, cada vez que se quiere subir va a incentivar el contrabando. Y subiendo los impuestos el Estado recauda mas por el consumo de dichos productos que por su no consumo.
De todas maneras, la discusion al respecto es lo que enriquece el debate de un tema tan serio. Felicitaciones a ti, Mario y Fernando por esta magnifica idea (que buen think tank).
Un abrazo,
Lucho
Estimado Lucho,
Muchas gracias por tu comentario.
Sin duda que el alcohol y el tabaco son problemáticos a pesar de estar legalizados. ¿Pero no crees que lo serían más aún si estuvieran proscritos como en algunos casos, en efecto, lo han estado? Pienso que igual sucede con las drogas. Son un problema, pero son un problema mayor aún al estar proscritas.
Intersante tu análisis desde el punto de vista tributario. De hecho serían productos que se gravarían de manera similar al alcohol o el tabaco, y debería tenerse la cautela de no caer en los excesos que a veces se ven con esos productos, pues mucho imposición genera mercado negro, pues termina por ser una cuasi prohibición.
Finalmente, en efecto, en un escenario de legalización, el Estado deberá tener claro que, más allá de sus incentivos por recaudar, está un bien mayor que es desincentivar el consumo de drogas en su población, proque a la larga le saldrá mucho más caro.
Un abrazo y esperamos seguirte leyendo por acá.
I think that the drugs should be legalized too and eliminate all the gangs and criminals involved in the trade now. Alcohol was also illegal here once and the criminals got involved in alcohol until it was made legal again.
Dear Jerry,
Thank yu very much for your comment and for the efforce in reading us in Spanish.
I cannot more than agree with you in recalling the US alcohol case during last century. It may be the experience that best works as an example of the evil consequences that making drugs ilegal generates.
Regards,
Reportaje en Diario EL PAÍS
Legalizar las drogas: feliz idea imposible
Felipe González se suma al grupo de ex presidentes que piden revisar la política mundial sobre narcóticos – Una despenalización general es inviable pero sí se exploran caminos distintos a la represión
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Legalizar/drogas/feliz/idea/imposible/elpepisoc/20100915elpepisoc_1/Tes
Buen dato Juan Carlos!
Espero por lo menos que con las declaraciones de Fox, Calderón y González más y más políticos pierdan el miedo a discutir la idea. Estoy seguro que más de un político inteligente (bueno, ¿alguno debe haber no?) ha pensado en abolir la penalización, pero no toca el tema por miedo a las consecuencias políticas (reacciones de otros países o de los «conservaduros» de su propio país).
Saludos,
Mario
TRIBUNA: ARACELI MANJÓN-CABEZA
Drogas, ¿seguir con la prohibición?
El prohibicionismo, instaurado en Estados Unidos a comienzos del siglo XX e impuesto por ese país al resto del planeta, ha fracasado. Múltiples razones policiales y de salud pública recomiendan la despenalización http://www.elpais.com/articulo/opinion/Drogas/seguir/prohibicion/elpepuopi/20100922elpepiopi_12/Tes
[…] Revisión de todas las leyes y políticas que no tienen un real fundamento (de acuerdo a lo establecido en el principio No. 2) o que, teniendo algún fundamento, han demostrado su inefectividad. Es el caso, por ejemplo, de la política antidrogas, que trataremos de manera más específica en otro post de “anti-campaña”. Aun en el supuesto negado de que se considere justificado proteger a individuos (mayores de edad y en pleno uso de facultades) de sí mismos, es obvio que la política antidrogas sólo ha causado enormes pérdidas de recursos y una terrlibe violencia. […]