¡Devuelven niños traficados a sus compradores!

14 junio, 2011

En China han devuelto a sus compradores a 29 niños porque no encontraron a padres biológicos. Lo justifican señalando que muchas de las parejas compradoras no pueden tener hijos y los tratan como si fueran suyos, frente a la opción de dejarlos en centros asistenciales o en orfanatos. A primera vista, y aunque chocante, puede ser una justificación razonable en atención al interés del niños en cuestión. Pero no se percatan del efecto colateral: no se están generando desincentivos para que las mafias sigan traficando con niños. ¿No sería mejor facilitar los procesos de adopción a través de los orfanatos? Ello implicaría que potenciales parejas compradoras dejen de buscar a estas mafias al saber que perderán al niño una vez detectadas y, en cambio, incentivará la adopción regular.


¿Debemos permitirnos elegir si queremos seguir viviendo?: BBC emite el suicidio asistido de un millonario británico

13 junio, 2011

La cadena británica BBC emite hoy el suicidio asistido de Peter Smedley, un hotelero británico multimillonario de 71 años afectado de una dolencia neuronal motora que acudió el pasado diciembre a la clínica suiza Dignitas para poner fin a sus días. ¿Debemos permitirnos elegir si queremos seguir viviendo? Razones ésticas y religiosas llevan a muchas personas a rechazar la eutanasia. Sus razones son respetables, pero no encontramos respetable que se pretenda imponer su postura al resto de las personas. Particularmente, creo en la libertad como valor supremo, incluso sobre la vida, como en este caso. «Live and let die» nos dijo Paul McCartney hace pocas semanas en Lima. Propongo hacerle caso.

La cadena británica BBC emite hoy el suicidio asistido de Peter Smedley, un hotelero británico multimillonario de 71 años afectado de una dolencia neuronal motora que acudió el pasado diciembre a la clínica suiza Dignitas para poner fin a sus días.


¿Ciro a cualquier precio? «Padre de Ciro Castillo pidió no medir económicamente la vida de su hijo»

9 junio, 2011

El padre de Ciro Castillo pidió no medir económicamente una vida humana, en referencia a los gastos que la búsqueda de su hijo en el  valle del Colca ha generado al Estado.

Cada sol adicional que se utiliza para buscar a Ciro Castillo es un sol menos para combatir las muertes por friaje en Puno, por mencionar solo un ejemplo. Las llaman «tragic choices» y son decisiones que, por más doloras que sean, les corresponde adoptar a los Estados de manera inevitable. ¿Se justifica seguir destinando recursos a la búsqueda de Ciro Castillo? Hay un niño en Puno que quizás quiera responder, pues su vida está en peligro. Y él no fue precisamente quien la puso en esa situación.


Fox presenta: Legalizando las drogas

8 septiembre, 2010

El ex presidente mexicano Vicente Fox ha publicado recientemente un artículo en su blog en el que propone abiertamente que se legalicen las drogas. No distingue entre drogas llamadas “blandas” y “duras” y destaca claramente una serie de beneficios conocidos que traería una medida de esa naturaleza frente a la terrible ola de violencia que viven hoy en día países como México con los carteles del narcotráfico sembrando constante e impunemente la muerte y terror en dicho país.

No sorprende que una personalidad pública y, esta vez, política, lance un manifiesto de esta naturaleza, pues ya muchas otras, como Milton Friedman, Mario Vargas Llosa, o Carlos Alberto Montaner, lo han hecho antes. Así también, publicaciones como The Economist e investigaciones en prestigiosas universidades, se han pronunciado abiertamente en dicho sentido. Lo que llama la atención, al menos para quien escribe esto, es la oportunidad en que lo hace y la oportunidad perdida de no haberlo hecho cuando estaba en el poder.

Si Fox pensaba de esta manera ¿por qué no lo planteó abiertamente a la opinión pública mientras era presidente de México? El presidente de uno de los países más golpeados por el narcotráfico lanzando un manifiesto como el contenido en su artículo hubiera sido una gran catapulta para una propuesta que quizás no logre consenso pronto, pero que sin duda tardará más en lograrlo en la medida que quienes detentan el poder en el planeta no lo sometan a un discusión seria, consciente y abierta.

Pero como “más vale tarde que nunca”, sin duda saludamos lo manifestado por Fox en su blog y esperamos que reabra el debate sobre la legalización de las drogas a niveles más allá de los académicos, es decir, a niveles donde se toman las decisiones políticas.

La respuesta del presidente de México en funciones, Felipe Calderón, ha estado dentro de lo previsible en cuanto a ser ciertamente conservadora, pero ha reconocido entre líneas una supuesta apertura frente a la idea, lo que se deduce fácilmente del hecho que Calderón considera que la legalización propuesta no será exitosa si no es adoptada también por los países consumidores, refiriéndose básicamente a su principal mercado, Estados Unidos.

¿Qué tan cierto es que los males provenientes del narcotráfico que afectan a países productores como México, Perú o Colombia no se vean seriamente mitigados legalizando el cultivo, producción y comercio de drogas al menos a nivel interno? Más allá del lío político que se podría armar frente a Estados Unidos y Europa, ¿es realmente inocuo para nuestros países desterrar las normas relacionadas con el combate al narcotráfico sin que los países consumidores también lo hagan?

No pretendemos abundar en los beneficios de la legalización de las drogas (para ello, ver los enlaces de interés que incluimos al final), pues son ya harto conocidos pero mencionaremos que están básicamente relacionados a tres cosas: primero, a la reducción de los índices de violencia y delincuencia relacionado con el combate estatal del narcotráfico, ello implica, sobretodo, la reducción en el costo en inocentes vidas humanas; segundo, a los recursos destinados a su combate por parte de países con índices importantes de pobreza como el nuestro, que podrían ser destinados a usos alternativos más valiosos (educación, salud, seguridad ciudadana, etc.) y, tercero, a la formalización de un producto con los beneficios que ello trae como desarrollo de marcas, controles sanitarios, mejora en calidad y competencia.

El punto en contra de quienes no están a favor de la legalización de las drogas está referido a un supuesto aumento de su consumo en la población, que si bien no está demostrado con certeza a qué niveles llegaría, parece ser que sólo sería un aumento leve al inicio, para luego estabilizarse. En todo caso, da toda la impresión de que los costos relacionados con el aumento de consumo en la población serían bastante menores que los que hoy soportamos por la situación de ilegalidad de las drogas: vidas humanas, delincuencia, sicarios, carteles, corrupción de funcionarios, etc. Y, en todo caso, el aumento del consumo tiene la posibilidad de ser mitigado a través de campañas informativas y educativas con muchas mayores perspectivas de éxito de las que hoy tiene la lucha contra el narcotráfico en nuestros países.

Someter a las drogas a un control estatal e impositivo similar al que tienen el alcohol y el tabaco -que dicho sea de paso, matan más gente al año que las drogas-, no va a evitar que sigan muriendo consumidores de dichas sustancias – como sucede también con el alcohol y el tabaco- pero reduciría los índices de muertes de inocentes que hoy se da por la prohibición y su violencia conexa.

Y en este escenario imaginario donde los países productores legalizamos toda clase de drogas y los países consumidores no lo hacen ¿qué sucedería?

Pues tendríamos un producto cuyo cultivo, elaboración y comercialización no estaría proscrito en el Perú pero sí en diversos países en los que se encuentran sus mejores mercados. Los beneficios para el Perú en términos de reducción de violencia y víctimas inocentes son claros. La generación de puestos de trabajo legales y de ingresos para el fisco, también. Para el país consumidor que no ha legalizado los perjuicios que hoy tiene la prohibición seguirían siendo los mismos, pues los narcotraficantes centrarán sus esfuerzos en ingresar a como dé lugar en dichos territorios, tal como lo hacen ahora, y seguirán sembrando la violencia, corrompiendo funcionarios, matando a gente inocente, etc. Pero así, la situación sería ya menos grave para nosotros, países productores. Y los países consumidores seguirían cosechando lo que siembran a partir de una prohibición que no sólo desde el punto económico, sino también desde el punto de vista ético, carece de sustento.

Lamentablemente, este ejercicio funciona solamente en la teoría -por ahora-, porque las grandes potencias consumidoras no nos permitirán legalizar las drogas en nuestros territorios así de fácil. ¿Qué podemos hacer ante ello? Unirnos. Somos pequeños pero somos varios, por lo que lanzar un debate que, además, tiene a varios intelectuales,  académicos, así como estudios de las más prestigiosas universidades de dichos países consumidores a nuestro favor, podría empezar a esbozar una solución a un problema que desangra a nuestra gente todos los días.

El debate y el camino no serán fáciles, pero si la próxima vez es un presidente en ejercicio quien inicia una campaña como la propuesta por Fox, quizás empiecen a tomarnos más en serio.

Enlaces de interés:

http://www.liberalismo.org/articulo/350/53/entrevista/milton/friedman/acerca/guerra/

http://www.prohibitioncosts.org/

http://www.isil.org/resources/lit/basta-a-la-pesadilla-de-drogas.html

http://www.elcato.org/publicaciones/guerracontralasdrogas-index.html

http://elcomercio.pe/noticia/635281/peru-recibe-veces-menos-que-colombia-lucha-antidrogas


No toque mi televisor: Falla de origen

3 agosto, 2010

El Ministerio de Transportes y Comunicaciones ha propuesto regular la emisión de publicidad en los canales transmitidos por la señal del cable, con la supuesta noble intención de «proteger» al «sufrido» suscriptor de cable de las odiosas tandas comerciales de larga duración.

Sin embargo, con ello no sólo se limitan los ingresos que perciben los canales y operadores de cable, sino que no se advierte (o lo disimulan bien) que limitar sus ingresos significa a la larga hacer más onerosa la prestación del servicio. En buen cristiano: están haciendo más caro el cable. Gracias por nada, señores del Ministerio.

El respeto por las reglas del mercado resulta fundamental para continuar por la senda del desarrollo. Si los suscriptores del servicio de cable estuviéramos descontentos con el servicio que nos brinda nuestro operador, ya habríamos virado hacia otro. Dirán algunos que no hay muchas opciones, pues tendrá que ver en ello que no estamos tan descontentos con el servicio que recibimos ni con el precio que pagamos, quizás. Si el mercado reflejara un descontento real y manifiesto de los suscriptores porque pagan por un servicio que no satisface sus expectativas, otros operadores de cable habrían detectado fácilmente las señales y estarían ya ofreciendo sus servicios mejorando las condiciones que generan el descontento. Es decir, ya habrían operadores ofreciendo la señal con menos o quizás ninguna publicidad.

Quizás lo que el Ministerio no percibe (o, nuevamente, no quiere percibir) es que el cable cuesta lo que cuesta en el Perú porque está en parte financiado por esas odiosas tandas publicitarias. Si se les obliga a renunciar a dicho financiamiento, tendrán que recurrir a otro y será nada más y nada menos que su bolsillo, señor suscriptor.

De otro lado, ¿alguno de ustedes se ha visto realmente obligado a ver esas -a veces ciertamente odiosas- tandas comerciales? Yo al menos, no. Cuando las he visto -confieso que he pecado-, ha sido por pura curiosidad y nada más. En las demás ocasiones he tenido decenas de canales como alternativa a los que dirigir mi mirada antes de quedarme viendo la súper oferta que por sólo 99,99 soles me entregará el producto ofrecido, uno adicional, el manual de instrucciones y un estuche de regalo -por si fuera poco-.

El problema más bien lo solía tener cuando años atrás no tenía acceso al cable y la señal abierta limitaba mi elección a 5 ó 6 canales que no sólo tenían una paupérrima programación – hay cosas que no cambian- y a veces inclusive tenían la malicia de transmitir algo en cadena.

Si los señores del Ministerio salieran a las calles con la pregunta bien formulada y le dijeran a la gente «¿le gustaría ver televisión por cable sin comerciales pagando más por el servicio que contrata?», probablemente no venderían su propuesta ni si quiera anunciándola en el hoy vilipendiado Quality Channel.

«Piensa mal y acertarás» decía tu abuelita (yo nunca se lo oí a las mías), por lo que toca pensar en si los funcionarios del Ministerio son realmente tan miopes como parecen o es que simplemente hay incentivos perversos detrás de tan «noble» propuesta. ¿A quién beneficia la limitación de publicidad en las señales de cable? No es tan complicado darse cuenta que las únicas beneficiadas son las señales de televisión abierta. Dichos canales andan preocupados por el hecho que los sabios consumidores –sí, señores, somos más sabios de lo que quieren hacer creer- andamos más interesados en la programación del cable, con todo y sus requerimientos a que «¡llame ya!», en lugar de a su sosa, estancada y cada vez más pobre programación. Entonces, ahí está la falla de origen de la propuesta, los consumidores somos en realidad la verdadera «pantalla» de una mala intención. Señor funcionario del Ministerio, por favor, no toque mi televisor.