El “hermanón” contraataca

La penalización de la publicación de “exhibiciones obscenas y pornográficas”

Hace algunas semanas, habíamos advertido ya en el blog sobre un proyecto de ley presentado por el congresista ―y propietario de un canal de televisión― Ricardo Belmont para  modificar la Ley de Radio y Televisión, con la finalidad de “precisar” las prohibiciones contenidas en dicha norma respecto del contenido “violento u obsceno que pudiera afectar los valores inherentes a la familia, los niños y adolescentes” y del “contenido pornográfico”. Pues bien, ahora el “hermanón” ―como se le conoce al referido congresista― contraataca. Hace una semana, La Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso de la República acaba de aprobar por unanimidad el Proyecto de Ley No. 3621-2009, presentado también por Belmont, en el que se establece sanciones penales para los directores, gerentes o editores de los medios de comunicación que transmitan contenidos considerados obscenos o pornográficos.

Imagen: Portada del suplemento “El Otorongo” del viernes 25 de junio de 2010, por Andrés Edery.

Los dos proyectos mencionados son similares, aunque el recientemente aprobado en Comisión resulta más grave por lo evidentemente desproporcionado de la sanción que contempla para sus infractores: prisión no menor de dos ni mayor de seis años para el Director, Editor o responsable de los programas, publicaciones o ediciones que publiciten imágenes, mensajes o audios “obscenos o pornográficos”.

Felizmente, el Proyecto ha sido rechazado de manera casi unánime en diversos medios de opinión (ver links al final del post), aunque no por eso debemos bajar la guardia. No sería raro que el Congreso apruebe un proyecto con el que la población está en desacuerdo, por más ridículo que nos parezca.

La mayoría de las críticas apuntan al hecho que, de aprobarse, la norma constituiría una violación a la libertad de expresión o podría ser utilizada para amordazar a los medios de prensa. Pues bien, el miedo es fundado. La utilización del término “obsceno” en el Proyecto, sumamente indeterminado y relativo, puede prestarse a una interpretación demasiado amplia de la Ley, que en la práctica podría emplearse como un mecanismo de censura.

Ahora bien, más allá de las preocupaciones relativas a la libertad de expresión, que son por supuesto legítimas, cabe preguntarse ¿si se definiera de manera precisa lo que es “obsceno” o lo que es “pornográfico”, tendría sentido la prohibición?

Yo creo que no. En primer lugar, creo que el contenido obsceno o pornográfico no pone en riesgo la familia ni conduce a la “degradación moral”, a la destrucción de los “valores familiares”, ni mucho menos atenta contra la “integridad moral o psíquica” de las personas. Como ya he comentado en algunos posts anteriores, soy de la opinión de que el Estado no debe inmiscuirse en temas morales, debido a que éstos resultan muy subjetivos y resulta muy complicado establecer estándares que permitan una adecuada regulación. Por lo demás, me resulta complicado creer que un niño o adolescente adecuadamente criado y educado vaya a “pervertirse” por ver una película pornográfica o imágenes obscenas. La formación de los niños y adolescentes y la vigencia de ciertos valores familiares depende, en último término del contexto adecuado en el que deben criarse, así como de la educación que reciben, no de lo que vean en televisión.

En segundo lugar, y como bien comenta Marco Sifuentes en su columna en Perú.21, ¿en qué época creen que viven Belmont y los congresistas que respaldan el Proyecto? ¿No saben acaso que los niños, si quieren, pueden acceder a harto “contenido obsceno” en Internet? Lo importante es que los niños muy chicos estén adecuadamente supervisados, de modo tal que no accedan a un contenido que podría confundirlos, ya sea a través de la televisión, de Internet, de revistas, etc. Luego, ya en el caso de un adolescente, lo ideal es que éste haya recibido una buena educación para estar en capacidad de procesar un contenido de este tipo adecuadamente.

Finalmente, en el caso de los adultos, no encontramos fundamento alguno que podría justificar una prohibición. No obstante ello, el Proyecto establece una prohibición absoluta, que no contempla, por ejemplo, la posibilidad de que se emita cierto tipo de contenidos fuera del horario de protección al menor. Asumiendo que una persona adulta quisiese consumir contenido violento, obsceno o pornográfico, ¿qué daño estaría causando a la sociedad? Pues ninguno. Si ese tipo de contenido hiere la sensibilidad de alguien, simplemente que no lo sintonice, y listo.

Quizás mucha gente piense que no valga la pena oponerse al proyecto comentado, pues finalmente no nos privaría de algo muy significativo ¿qué daño puede hacer una prohibición a la pornografía? Pero no se trata sólo de eso. Es mucho peor. Normas como ésta son un ejemplo del peor tipo de intervencionismo estatal. Si hoy dejamos que se prohíban los contenidos “obscenos”, mañana será el alcohol o la comida chatarra. Pasado mañana nos prohibirán comprar en una tienda chilena. Y antes que nos demos cuenta, 1968 again. Por eso, ¡no al Proyecto Belmont!

Más comentarios sobre el tema:

Aldo Mariátegui en Correo: http://www.correoperu.com.pe/correo/columnistas.php?txtEdi_id=4&txtSecci_parent=&txtSecci_id=84&txtNota_id=378291

Miguel Morachimo en Blawyer.org:  http://www.blawyer.org/2010/06/22/proyecto-censura-belmont-obsceno-penal/

Fritz Du Bois en Perú.21: http://peru21.pe/impresa/noticia/mordaza-al-desnudo/2010-06-24/278281

Marco Sifuentes en Perú.21: http://blogs.peru21.pe/peru2punto1/2010/06/obscenidades-del-nuevo-milenio.html

Augusto Álvarez Rodrich en la República: http://www.larepublica.pe/claro-y-directo/24/06/2010/el-ultimo-mamarracho-de-ricardo-belmont

8 Responses to El “hermanón” contraataca

  1. vitalgon dice:

    Vivimos en un circo lleno de cortinas de humo, coimas y grandes mamotretos como este en especial ,que facil deberia llevarse un premio a las «perlas» de nuestro congreso…

    Somos varios que pensamos como tú ante esta estupidez, lamentablemente, y no seria de extrañarse, esta ley puede salir efectiva sin que la gente se de cuenta, y lo que es aun peor, sin que la gente reaccione!… El peruano de a pie no tiene reaccion, se amolda a lo que el gobierno y la prensa les dá, se satisface con ver la novela de «Gise y Robert» en vez de protestar y exigir cambios, correcciones y verdades sobre lo que pasa en el país, esta ley debe ser el inicio de algo mas grande, es obvio; pero y que sucede con las demas cosas??? en qué quedó Bagua, la terrible contaminacion que las grandes y peqeñas mineras estan generando, la venta de tierras hechas por los apristas de COFOPRI, la creciente violencia en el pais… somos varios pero aun somos minoría… cómo lograr que el peruano «de a pie» reaccione y exija lo mínimo y lógico en cualqier sociedad? esa es la pregunta.

    Basta de contenido obsceno!!
    Fuera Magaly Medina y su invasiva manera de prensa, fuera Gisella y su programete que hace mas noticias que la noticia, fuera RBC y sus infomerciales basura, fuera la prensa que se presta a cortinas de humo, basta con la campaña que el Apra le está armando al Chino con el tema del terrorismo, nunca el terrorismo se fue, pero nunca deberia volver a gobernar un ser tan despreciable tampoco, y suave que el lema seria: «Volvio el Terrorismo?? Chino vuelve y rescatanos»; fuera el Comercio que cada dia se asemeja mas al Trome, FUERA LOS CORRUPTOS! Y por favor, BIENVENIDA SEA LA CULTURA!!! GRANDE LUCIANA LEON!! aparte de simpaticona, es la única que hace algo interesante sobre este tema que tanta falta nos hace. CULTURA!

    Quizá me equivoque en muchas cosas, quiza sea un poco anarko en mis pensamientos, pero creo que al Perú le falta una lavada de cara, chancada de chupo y cepillada de dientes, limpieza total tío, empezando con los que nos Gobiernan.

    • Mario Zúñiga dice:

      Estimado Vitalgon,

      Gracias por el comentario. Comprendo tu indignación… nada, la única forma de hacer que la gente reacciones es educando… y ese es uno de los objetivos de este blog. Claro, siempre habrá un porcentaje de gente a la que simplemente no le interesa, pero bueh, tratemos de que sean los menos.

      Comparto también tu opinión respecto de la televisión basura, pero la idea es que eso se combata también con educación y con las preferencias de la gente, no con la censura. Está demostrado que si das buen contenido cultural, sí funciona. Habría que intentarlo.

      Saludos,

      Mario

  2. Alvaro dice:

    A mi me parece obsceno que se utilice al Congreso como medio para «calentar» la antena de un canal. Sería bueno ver los ratings de canal 11 luego de la aprobación de este impresentable proyecto. No interesa si al final se aprueba o no. Bastaría medio punto de rating para garantizar la reelección del «hermanón».

    • Mario Zúñiga dice:

      Alvaro,

      Gracias por el comentario y sí, es un punto muy interesante el que has levantado.

      Lo peor del proyecto comentado es que no estamos siquiera ante una honesta cruzada moral (que sería equivocada e irrazonable, pero por lo menos honesta). La idea del Proyecto es más bien «calentar la antena» como dices y quizás, yendo un poco más allá, socavar a otros canales de TV que tienen más rating que RBC, en parte gracias a contenidos que el quiere calificar como «obscenos».

      No sería la primera vez que el hermanón utiliza su canal para campañas nada santas. Si no, recordemos el caso de Ibope: http://bloghildebrandt.blogspot.com/2009/11/conflicto-de-intereses.html

      Saludos,

      Mario

  3. Hugo Gómez A. dice:

    Estimados, creo que hay un problema terminológico en la discusión o en lo que pretende el Congresista Belmont.

    Para empezar, entiendo por pornografía la publicación de imágenes con sexo explícito (en todas sus manifestaciones). Desde este punto de vista, no cuestiono que los adultos (en ejercicio responsable de su libertad) decidan ver pornografia, sea comprando revistas (sólo para adultos), alquilando o comprando videos (sólo para adultos) o acudiendo a un cine (sólo para adultos) donde exhiben películas pornográficas. Que un adulto vea pornografía es un acto privado. Lo que es incorrecto es exhibir la pornografía en la vía pública. Los niños menores de 12 años no tienen la madurez emocional y sexual para comprender esa clase de imágenes. De modo que estoy de acuerdo con que la ley prohiba a los canales de televisión de señal abierta el transmitir imágenes pornográficas. Lo erótico o sensual, que es algo más atenuado, puede transmitirse en horario restringido. Las empresas de televisión por cable venden pornografía, pero le dan a los adultos una clave de acceso para evitar que los niños vean esos programas. De modo que si en la televisión hay reglas, lo mismo cabe aplicar para los periódicos. No es posible que imágenes pornográficas estén en las portadas de los diarios a vista del transeúnte, incluyendo a los niños.

    De modo que es razonable regular la exhibición de imágenes pornográficas, es una forma de regulación de externalidades negativas.

    El Diccionario de la Lengua Española define a la pornografía como el carácter obsceno de obras literarias o artísticas. Si los congresistas consideran como sinónimos lo «obsceno» y lo «pornográfico», estoy de acuerdo con la propuesta, pero debería precisarse dicha circunstancia.

    Diferente es el asunto de si por «obsceno» entiendo lo «huachafo» o algo de «mal gusto». En este caso, el proyecto sería un despropósito. La televisión local exhibe bastantes cosas que podrían ser catalogadas por una presunta élite refinada de «vulgares», «huachafas», etc. Esto es más difícil de censurar, pues es como censurar la idiosincracia de la mayoría de la población peruana. Si la mayoría considera gracioso o interesante programas como el de «Risas en América», «El Especial del Humor», «El Francotirador» o el programa de Magaly Medina, el legislador debe respetar dicha elección, salvo que a través de esos programas se comentan actos delictivos (como la violación de la intimidad).

    Quizá lo que le fastidia a cierto canales de televisión «aburridos» es que otros tengan más audiencia debido a sus programa «huachafos». Si éste fuera el propósito del proyecto de ley, no sólo hay un despropósito, sino el aprovechamiento indebido de la función legislativa para beneficiar a un canal en desmedro de sus competidores.

    Prohibir lo «huachafo» es como prohibir lo «aburrido». Una insensatez.

    Saludos

    • Mario Zúñiga dice:

      Hugo,

      Gracias por seguir visitándonos y por el comentario. Creo que en términos generales estamos de acuerdo. Estoy de acuerdo en que se establezcan ciertas restricciones a la pornografía, a fin de evitar que sea consumida por menores que no puedan procesarla. Quizá discrepo un poco contigo, ya que me parece que sí se podría transmitir pornografía en TV abierta, fuera del horario de protección al menor obviamente. Esto último porque un niño menor de 12 años todavía debe estar adecuadamente supervisado… y si a esa edad pueden quedarse hasta tarde para ver porno en la TV lo podrán hacer del mismo modo con revistas e internet… algo estaría fallando en ese caso desde el lado de la supervisión paterna.

      Pero dejando de lado el tema de la pornografía (donde debo admitir que alguna restricción adicional a las que propongo puede ser admisible), el tema con el proyecto comentado es su indeterminación, que conlleva precisamente que lo «obsceno» no esté adecuadamente delimitado. Ergo, tal cual está redactado el Proyecto, sí se corre un riesgo de que se censure el mal gusto o lo «huachafo». El Proyecto claramente no identifica lo «obsceno» exclusivamente con lo pornográfico porque si no creo que no tendría sentido mencionar ambos términos. Además, de la exposición de motivos (aunque soy consciente de que esto no es vinculante para la interpretación) se desprende que el tipo penal abarca no sólo la difusión de pornografía. Sólo una «perlita» de la Exposición de Motivos: «… no creamos lo que dicen quienes defienden la pornografía de que sólo la ‘más fuerte’ (es decir aquella que exhibe directamente el acto sexual o los órganos sexuales) es dañina o ilegal. Pues hay estudios que confirman que la pornografía considerada ‘leve’ (la que se ve en algunos programas de televisión, diarios o revistas indecentes) causan más crímenes que la pornografía más desembozada o ‘fuerte'».

      En primer lugar, el párrafo citado no tiene ninguna referencia a los «estudios» que menciona o a estudio alguno. En segundo lugar, no se define que es «pornografía leve»… ¿Baywatch? ¿Recargados de Risa? ¿La Serie Rosa? No creo.

      Además, no es cierto eso de que la pornografía, incluso la «fuerte», incremente la violencia sexual. Como mencioné en un post anterior, Posner detalla en su libro “Sex and Reason”, citando los estudios y estadísticas correspondientes, cómo la pornografía no incentiva la comisión de violaciones ni ninguna clase de relaciones sexuales indebidas. Por el contrario, se trata de un producto que podría contribuir a su disminución al incentivar la masturbación que es un sustituto de la demanda de relaciones sexuales (consensuadas o no consensuadas).

      Bueno, la respuesta me salió más larga que el post. Espero que haya aportado algo nuevo.

      Saludos,

      Mario

  4. luis dice:

    Me puedes decir como un niño bien formado de 6 años procesa una chupada de pinga que ve en la portada de El chino?

    • Mario Zúñiga dice:

      Estimado Luis,

      Gracias por tu comentario (aunque porfa no seas tan explícito la próxima… podríamos ir presos por «obscenos»). Justamente la idea es que en el caso de menores si se justifican las restricciones. Lo que criticamos de la Ley es que no contempla diferencias entre mayores y menores.

      En el caso de un periódico, te confieso que no sé como se viabilizaría la prohibición, pero lo primero que se me viene a la mente es que los propietarios de establecimientos en los que se vende material para adultos deben tenerlo escondido y no expuesto.

      En cualquier caso, un niño de seis años debe ser bien cuidado por sus padres para evitar que acceda a este tipo de contenido. Era en el caso de niños mayores (mayores de 12 o 14 años por ejemplo, el límite exacto nos lo debería decir un psicólogo quizás) en el que me refería que la educación y formación familiar deberían permitir que se procese adecuadamente la información.

      Saludos,

      Mario

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